2014-04-01


KARDO KOSTA RESPONDE

Artista visual. Entre otros proyectos integró el grupo mendocino Caymanta. A su iniciativa experimental y la de Kuki Palomo se sumaron artistas como Gastón Alfaro, Fernando Sepúlveda, Yvonne Kaiser o Susana Dragotta. Parte del legado de este colectivo puede recorrerse por estos días en el Museo de Arte Moderno de Mendoza. 
Kardo Costa
- ¿Cuándo naciste?
- El día fue el 10 de enero. Según mi madre nací a la noche y con una gran tormenta de estas que se dan en Buenos Aires en verano. Fue en el hospital de Morón, por eso digo que vengo un poco demorado, en el año 1952. Así que soy nacido en Buenos Aires y luego adoptado en Córdoba, Mendoza, San Juan, etc. Primer hijo de inmigrantes catalanes. Soy lo que nosotros le decimos “nacidos en los barcos”, ya que tenemos parte de la cultura de nuestros padres y luego la del país de nacimiento.
- ¿Qué hacés?
- Soy artista visual, me interesa todo lo que está relacionado con la experimentación. No puedo ser encasillado dentro de una técnica en particular ya que hago todas las que tengo a mano y me sirven para liberar la creación. Tampoco me interesa repetir rutinariamente imágenes, técnicas ni situaciones; camino y veo lo que encuentro.
- ¿Dónde vivís?
- Actualmente vivo en Suiza en un lugar que se llama Biel Bienne y que es bilingüe: hablan francés y alemán… Vendría a ser la frontera interna de esas dos lenguas en Suiza y estoy a media hora de la Capital, que es Berna.
- ¿De qué vivís?
- Siempre doy vuelta esta pregunta. Puedo decir que estoy vivo física y mentalmente gracias a lo que hago. Vivir es lo más fácil que hay, lo importante es poder hacer lo que a uno le gusta y esto es lo más difícil… Esta actividad tiene altos y bajos donde también es necesaria la creatividad para adaptarse.
- ¿Qué define a tu obra?
- El caos es el elemento preponderante cuando me lanzo a crear. Estoy marcado también por diferentes causas y efectos. El vivir en Mendoza me dio la necesidad constante de volver al dibujo… La resolución innata de los blancos y negros en la xilografia, el estudiar arquitectura, la idea de la construcción, la forma de ser argentino, la ironía, el contacto con la naturaleza, mi relación entre arte y naturaleza… A esto hay que sumarle el paso del tiempo, la acumulación de cosas, la acción del cuerpo en distintos espacios, el cómic, el video y agregarle a esta olla una gran cantidad de color. ¿Qué más? La magia, la escritura, la música por supuesto y a no olvidarse del concepto.
- ¿Cuál es tu fobia mejor desarrollada?
- La pérdida del humanismo, la carrera desmesurada por la búsqueda del dinero y el consumismo en el mundo actual llevándonos a un final escrito tantas veces. Ver que el control que aparecía en las películas de ciencia ficción ya es una película actual.
- ¿Un estimulante?
- Durante gran parte de mi vida experimenté con distintos tipos de estimulantes naturales o artificiales. Servían sólo para eso: abrir nuevas puertas de conocimiento en mi cabeza y ver qué de nuevo se encontraba allí dentro. Los estimulantes actuales son todos naturales y tienen más que ver con la naturaleza que me rodea, sus olores, sus sensaciones, los cambios que ella produce, los elementos con los que está formada. También me estimula siempre el hecho de la comunicación y hoy lo bueno es que puedo estar realizando un trabajo en medio del bosque solo, con mis manos, sacarle una foto, luego ponerla en línea y que la vean personas que conozco en distintos lugares del mundo.
- ¿Una estación del año?
- Puedo decir ahora que me gustan las cuatro estaciones, cada una en su pleno apogeo. En Suiza son muy marcadas y me he acostumbrado a esperar estos cambios de estación. En Argentina me gustaba mucho el verano y estaba relacionado con la idea de que era la época de no hacer nada. Ahora me pasa que no soporto demasiado el calor y si está un poco fresco me gusta. Me he ido adaptando al frío, no totalmente pero bastante…
- ¿Has viajado mucho?
- Creo que me he pasado toda mi vida viajando y cuando uno empieza no termina más. Actualmente estoy haciendo un proyecto que es una casa rodante, entonces viajo y donde me gusta me quedo, hago obras y después sigo. Estuve en la India, México, Cuba, conozco gran parte de Argentina, Chile y Uruguay, algo de Brasil y Europa. He descubierto que aunque hagas pequeños viajes siempre encontrás cosas distintas.
- ¿Planes de quedarte quieto?
- Eso nunca, salvo que venga un rayo y me dé en plena cabeza. Bueno, a lo mejor también me moviliza más el toque eléctrico.
- ¿Qué te produce Mendoza?
- Siempre me he sentido como atado en Mendoza. Me gustaba, pero era la sensación de que no pertenecía a ese lugar. Me tiraba mucho Buenos Aires y estando afuera escuchaba los tangos de Piazzola y recorría mentalmente sus calles. Esta vez, que volví a Mendoza después de 17 años, recorrí los espacios por donde había vivido y me produjo cierta nostalgia. Lo interesante era que los árboles eran más grandes y las veredas estaban más rotas, pero no había cambiado mucho. Lo que me agobia bastante es el ritmo, yo siempre digo que te agarra el efecto “Adobe Mendocino” y todo se pone más lento, pero allí están todos los amigos que me quedan y eso para mí es lo más interesante de la ciudad: los afectos.
- Si tuvieras que elegir una obra tuya, ¿cuál sería?
- Hay muchas que me gustan, sobre todo aquellas que para lograrlas han tenido que pasar unos 10 años, como el proyecto de los Kotems que hice en Europa y Latinoamérica. También las que están en proceso de elaboración. En realidad la obra la considero como un conjunto de otras obras que conducen a una nueva, lo importante es que no se acabe la fuente productiva.
- ¿Y si tuvieras que elegir una obra de arte de todos los tiempos?
- Por lo anteriormente dicho me parece más importante el conjunto de la obra de un artista. De allí podrían salir miles de nombres que se conocen a través de la Historia del Arte y seguro me olvidaría de alguno de ellos. Podría nombrar como hecho de obra de arte en evolución al Santuario de la Difunta Correa, que es una acumulación de pensamientos y sentimientos imprevistos que ofrece un resultado sólo guiado por el azar.
- ¿Qué pensás del estado actual del arte?
- Hay mucha mentira en torno a este negocio. Cualquier cosa que pongas dentro de un espacio que sea para exponer puede tomar el sentido de arte moderno. Se tira mucho dinero en esta gran empresa y mayormente los que ganan no son los artistas. Falta mucha manualidad, a veces veo llegar a los artistas a una expo y parece que hubieran salido de la oficina del gerente de un banco. Muchos se creen la historieta de superstar y así la venden y cubren muros de oficinas, museos, etc., lo cual no quiere decir que eso sea arte. Para mí hay muchas cosas que son simplemente decoración.
- ¿Qué encontraste de interesante en tu última visita a Mendoza?
- El trabajo que realiza la Fundación Marañón en Uspallata, que está a cargo de Fausto y Yamila, y que generan la concentración de artistas en un lugar que es mágico por el entorno y la energía. Estos son proyectos que se debieran apoyar más en Mendoza. Por último me gustaría agregar este pequeño escrito de Julio Cortázar:
El creador sólo puede ser aquel que se define como el denunciador constante consciente e involuntario enemigo natural de todo falso orden de toda de-formación del público.
El creador es un continuo toque de alarma.
El verdadero creador es aquel que arroja una piedra al agua apenas siente que la superficie se estanca.
(Julio Cortázar 1969-71)
Kardo Costa
Su obra…
Obra de Kardo Kosta de 2010 durante un encuentro de Land Art en Suiza. “Este árbol lo pinté con tierras de colores para no dañar la naturaleza. Algunos se quejaron y lo pintaron de marrón con pintura plástica”.
Una xilografía de Kardo, “que es desde donde yo partí en Mendoza”.
“Esto es un Kotem, proyecto que hice en Letonia en un Parque de Land Art por invitación. El lugar es como de 24 hectáreas y participan un montón de artistas internacionales”.
Más obra de Kardo Kosta realizada en Buenos Aires y Mendoza. Algunas de ellas se encuentran en la Fundación Marañón.

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